Mi principal objetivo en la vida es ser fiel a mis principios y también a mis seres queridos. Y eso no significa que no pueda cometer errores, de hecho cometo más de los que quisiera. Pero eso sí, siempre actúo guiada por mi cabeza y orientada por mi corazón.
Esta semana que ha pasado he aprendido algo muy valioso, que hasta ahora no practicaba. Y es justamente de lo que hablaba en la publicación anterior.
He aprendido a "no etiquetar". Y no por haberme equivocado con nadie en concreto (que también lo he hecho muchas veces) sino porque lo han hecho conmigo.
Hace tiempo que tenía una etiqueta muy grande colgada y yo no lo había visto, o no quería verlo.
Al enterarme no sé si sentí dolor, vacío, decepción, no sé... lo que si sé es que no me hizo bien.
Muchas veces como decía en mi otra publicación ponemos esa etiqueta a la gente y actuamos en base a ella. Sin preocuparnos de que sentirá esa persona, o que opinará.
Yo abogo por "desaprender", empezar a borrar archivos que traemos desde pequeños, cambios una vez más. Pero cambios que nos llevaran a vivir una vida mejor, cambios que nos servirán para relacionarnos con tranquilidad, sin prejuicios. Porque nos guste o no tenemos que aprender a convivir con las personas que nos rodean, ya que son ellas las que interactúan con nosotros en nuestra vida cotidiana, para bien o para mal.
Ante esta situación , tenemos tres opciones:
· Volvernos unas personas antisociales y limitar nuestras relaciones a lo mínimo.
· Seguir etiquetando. Podemos ir por la vida pensando que somos jueces capacitados para decidir que persona es válida y cuál no.
· O cambiar. Aceptar, tolerar, perdonar y sobre todo no prejuzgar.
Yo me quedo con la tercera opción. Quiero cambiar. Quiero aprender a tolerar más. Pero tolerar de verdad, desde el corazón. No de dientes hacia fuera.
Quiero conocer a todas las personas que encuentre antes de emitir un juicio sobre ellas. Y aún conociéndolas intentaré no pronunciarme en exceso. Guardaré mis opiniones para mí y de esa manera no influiré en la opinión de otras personas que no hayan aprendido esta lección y aún se dejan llevar por lo que los otros decimos.
Creo que todos merecemos la oportunidad de demostrar como somos.
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