¿Qué estás buscando?

jueves, 13 de octubre de 2011

Rodeada de gente y sola a la vez.

Me resulta curioso observar como todas aquellas personas que siempre han estado a mi lado, familiares, amigos y demás están extrañados con el cambio. Alguno incluso se atreve a hacer afirmaciones del tipo, ¿quién te está metiendo ideas raras en la cabeza?.
Y yo me pregunto ¿meter ideas raras en la cabeza?, pero si eso es lo que me han hecho desde que nací,   llevo toda mi vida haciendo lo que me decían que tenia que hacer y lo que suponía que esperaban de mí, sin acordarme de nada más, ni siquiera de mi misma. 
Ahora por primera vez en mi vida estoy haciendo lo que yo considero que debo hacer. Siempre he actuado bajo un patrón marcado, incluso después de casada y con hijos en muchas ocasiones han sido mis propios padres los que han decidido por mí.
Pero pensando y analizando un poco todo lo que hay a mi alrededor me he dado cuenta que yo me había convertido en un utensilio o una herramienta para los demás. O al menos, ésta es mi percepción.

-¿Diana me acercas al taller que tengo q ir a buscar mi coche? (Yo tengo muchas cosas pendientes pero bueno después las haré, si vamos que te llevo).
-¿Diana te puedes acercar que necesito que me hagas un documento en el ordenador? (ufff que no llego a tiempo a buscar a los niños al cole pero bueno lo hacemos rápido y luego salgo pitando a por ellos).
-¿Diana vamos a pasar el día a la playa, te encargas de la comida tu, somos 15?. (ups... venga va, yo la hago).

Y así podría estar mucho más tiempo del que puedes imaginar, pero no hace falta escribir más para explicar que Diana ha sido siempre el comodín de muchas personas que han vivido cerca de mí y que se han aprovechado de que yo vivía inmersa en una nube que no me permitía ver con claridad lo que tenia a mi alrededor. Pero como la vida da una de cal y otra de arena un día no muy lejano fui yo la que necesité algo de esas personas a las que tanto he dado y me atreví a pedir ayuda. No lo olvidaré nunca.
Aquel día me sentí como si estuviera en el centro de una cancha de baloncesto, con todas las gradas vacías, yo gritaba ¡ayudaaaa! y lo único que escuchaba era mi eco. 


Miraba hacia los lados y no salía de mi asombro, ¿donde está todo el mundo?, ¿donde están todas las personas que siempre están aquí, sirviéndose de mí?, ¿a donde han ido hoy?.
Después de un buen rato sin respuesta, cuando ya me disponía a marchar, por una puerta pequeñita de la cancha escuché dos tímidas voces que decían, Diana cuenta con nosotras para lo que necesites...  Levanté la cabeza y al mirar hacia ellas me quedé sorprendida, las personas que menos pensé que estarían, allí estaban. ¿Y todos los demás?. Sentí que me vaciaba en un suspiro... y tardé unas semanas en asimilarlo, cada día me acordaba de alguien nuevo que podía haber estado en aquella cancha días atrás y me dolía.
Llevo 32 años sintiendo que todas esas personas eran importantes en mi vida y luche por ellas, quizás más de lo que debía, pero se me olvidó  analizar un detalle, si yo era importante en las suyas. Y creo que ahí estaba la clave.

Dicen que el que siembra recoge y es cierto, no voy a cambiar el refrán, el problema es que yo no sembré en mis tierras, sino en tierras ajenas y como dice otro refrán, el que da pan a perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro. Y eso justamente es lo que me ha pasado a mí.

Y así pase unas semanas, encerrada en mí, intentando llevar los problemas exteriores, con un gran dolor interior, pero como el Ave Fénix resurgió de sus cenizas, yo me crecí ante las mías y fue un empujoncito más que  me dió la vida para decidir llegar a ser lo que ahora lucho por conseguir, una persona independiente de los demás, una persona entera y una persona que mide mucho dónde y en quién deposita sus esfuerzos.

Es cierto que a veces en el momento no vemos las cosas positivas de lo malo que nos ocurre, por eso pensamos que somos desgraciados, que no nos merecemos lo que nos pasa, pero empiezo a creer q no es así. 
De todo, por malo que sea aprendemos algo y quizás de las malas sacamos incluso más cosas en positivo, o al menos yo lo siento así. Cada vez que la vida me da un golpe, cuando logro levantarme, después del dolor, veo las cosas un poco más claras que antes  y así poco a poco he ido eliminando unas cosas y añadiendo otras a mi vida que me van conduciendo a un estado de serenidad y bienestar que nunca antes habia experimentado.

MORALEJA: Es bueno ayudar a los demás, mientras no arriesgues tu pellejo...



3 comentarios:

  1. Muy bueno, Diana, y eso que decías que no estabas inspirada... pues ¡menos mal! Estoy de acuerdo en todo lo que dices, a mí también me han pasado cosas parecidas, y al final, de toda la gente que consideras amistad, te quedan muy muy pocassss. Y siempre lo descubres en los momentos difíciles, porque, para la juerga, todo el mundo se apunta. Como sígas así, Diana, pronto diremos eso de: Diana, ¡queremos un libro tuyo!

    ResponderEliminar
  2. A mi me suele funcionar fijarme en los comportamientos de la gente y no en lo que dicen, ya que suele haber contradicciones en muchos casos. Normalmente los que te hablan muy bonito para quedar bien y te hacen ver que son personas generosas, en su vida se comportan de forma contraria, y los que no te dicen nada para quedar bien, suelen ser los que a la hora de la verdad no te fallan. Es probable que no esperaras nada de esas personas que finalmente estuvieron ahí, porque no serán personas que tengan la necesidad de "venderse" para calmar su conciencia. De todos modos pienso que también todos podemos fallar en alguna ocasión porque somos humanos, pero cuando se repite...

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias a las dos por no solo leer lo que yo escribo sino por aportar algo más. Así esto puede llegar a ser más productivo de lo que yo esperaba. Gracias una vez más Emi por confiar en mí y a tí Jimena por tus sabios consejos.
    Un beso muy grande a las dos.

    ResponderEliminar

Deja tu opinón, es interesante para mí...